El Revienta Quinielas

Dicen que su vida transcurría esperando siempre el siguiente domingo.
Paseaba por las calles de su barrio embutido en un chandal de los setenta y siempre presumía de haber jugado en Salecianos de cadete en sus tiempos mozos, que estuvo a punto de fichar por un equipo importante pero una lesión lo arrastró lejos del terreno de juego. Sin embargo nada de esto era verdad, nunca había hecho deporte. Combinaba su chandal con unos zapatos
castellanos y calcetines tenis y atormentaba a sus vecinos con preguntas y comentarios tales como -¿ Como ha quedao er Recre?- o -¿Ha empesao er segundo tiempo?-.
Un domingo cualquiera, mientras escuchaba el Larguero, las pilas de su transistor se agotaron, pero como no era la primera vez, siempre portaba un par de recambio. No se sabe si por falta de destreza o atención, colocó las pilas Cegasa alrevés y ese fué su último error. La reacción electromagnética lo transportó a un portal dimensional paralelo, convirtiéndolo en un ente atormentado, pues allí no se sintonizan bien sus emisoras preferidas.
Algunas veces se aparece en los barrios más humildes de toda nuestra geografía, dicen que su atuendo cambia dependiendo de los colores de la camiseta del equipo local de la zona donde se presenta. Si te topas con el, esa semana... no te tocará la quiniela.
Colaboración especial de Bernardo Reyes.

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